http://es.wix.com/website-template/view/html/689?originUrl=http%3A%2F%2Fes.wix.com%2Fwebsite%2Ftemplates%2Fhtml%2Fall%2F6&bookName=create-master-current-241213&galleryDocIndex=3&category=all

Thursday, May 18, 2006

Éstas letras



Ahora ya no puedo escribir como antes, es cierto. De hecho ahora mismo, en éstas letras, escondo – manifestando – una velocidad que tiene que ver con Violeta, mi hija, quien gracias a Dios, en este momento, duerme. Todo hay que hacerlo rápido mientras ella duerme, justamente, porque cuando despierte, demandará la atención que demandan los bebés y yo tendré que sentarme a su lado a besarla, jugar con ella, conmoverme hasta las lágrimas por un gesto mínimo, limpiarle el culo o lo que me (nos) depare el destino más inmediato del día de la fecha.

Martes 16 de Mayo de 2006.

Rápido rápido rápido. No puedo escribir más rápido. Desearía, deseo, que quien lea esto en el futuro me viera escribiéndolo ahora, en el presente, porque juro que es un espectáculo digno de ver, pero eso, por ahora, es imposible. Ahora no. Ahora sí. Pero rápido.

La presencia de Violeta en mi vida hizo que ésta – mi vida – se llenara de alegría en casi todos mis rincones menos en ese que guardo en los estantes de la biblioteca y en los del alma que se me estruja cada vez que pienso en mi otro amor, en ella, en la añorada y siempre bien ponderada señora literatura. Y ahora mismo, otra vez en éstas letras, intento sacarla a pasear un poco o un rato o un poco rato, juego a acariciarla con las manos libres de hija aunque más no sea por algunos minutos que, por tales, limitan, encierran, pasan, me limitan, y me duelen, qué tanto. Y si naturalmente siendo artista se sufre y se goza con el mismo desgarro, imaginaos siendo además una madre de una beba de unos siete meses que ...pasan tan rápido... Sí, tan rápido como éstas teclas, como éstas letras, como ésta vida en la que si no creamos algo interesante apenas si dejamos rastros. Entonces quiero todo (en el fondo todos siempre queremos todo) pero todo no se puede, lo escuchamos mil veces y no obstante no nos queremos convencer.

“No, mi amor, todo no se puede, o vas a lo de tu amiguita o a lo de los tíos, una cosa o la otra, no vuelvas loca a tu madre ¿querés?”.

Y sí, las madres existen, entre otras cosas, para decir verdades y dejarse volver locas por los hijos. Pero claro, hoy la madre soy yo, y la frase citada ya no me la dice nadie, y ese cambio me hace confundir, entre otras cosas. Seguramente o no alguna vez termine de caer de boca o mentón sobre la realidad que envisto, sobre mi piso de mamá, pero vamos tranquilos. Uno se tiene que ir acostumbrando de a poco a las cosas, a los roles, a los cambios, porque todo junto no se puede, porque hay que ir por partes. Y ahí, acá, en éstas letras, es cuando esbozo un ápice de conciencia, cuando quizás llego a darme cuenta que ocupo el lugar ya mencionado, cuando digo frases como las que digo: todo tiene que ver con todo, tiempo al tiempo, siempre que llovió paró...

Un espanto literario tan real y necesario que, Dios mío, parece no tener fin.


Violeta aún no habla pero entiende más de lo que uno cree que entiende. Hasta me arriesgaría a decir que Violeta, algunas cosas, las entiende mejor que yo, más que su madre, más que su progenitora, más que su primer referente, más que su proveedora de alimento, más más más. Tenía ganas de usar mis variados nombres pero al final el que más me gusta siempre es mamá. No veo la hora de que me llame así pero... tiempo al tiempo ¿no?.

Entiéndaseme, no es fácil asumir en pocos meses que una es cuidadora y proveedora oficial (madre, báh) de otra persona que la necesita firme, sana, entera y madura – para empezar – siendo quien, del mismo modo que hoy nos convida de su galletita con la inocencia más pura de la hemos sido testigos, el día de mañana no sentirá remordimientos – como una no los tuvo o casi – a despedazarnos frente a una psicoanalista que encima considerará “brillante”. Como así tampoco es tarea sencilla vivir el hoy con la velocidad más veloz escondida en cada siesta o siestita que duerme, ángelita mía de mi corazón, libre aún de pecados, faltas y psicoanalistas, y parcialmente ignorante de la madre que le tocó en suerte, de la mamá escritora y llena de cosas, historias, angustias, penas, alegrías y virtudes, que aún así ella jamás verá como a cualquier ser humano porque es, nada más ni nada menos, que la madre que la parió.

Escucho su llanto y no es una mentira a fines de guión. Debo acudir a su llamado algo divino y algo agudo también. Escribo más rápido que nunca jamás. Pero sepan hoy que, evidentemente en éstas letras, escondo – manifiesto – mi amor hacia ustedes – éstas letras -. Porque a ustedes también las amo, mis chicas, mis letras, mis amigas, mis cómplices, mis cositas, aunque claro, ahora menos que a ella, que a mi vida, que a mi amor, que a mi tesoro, que a mi nena, que a mi mejor creación. Menos, mucho menos, porque en éste mundo no está permitido amar – y menos confesarlo – a algo tan intangible como un par de letras veloces y palabras fugaces que no dicen nada nuevo, ni nada lindo, ni nada que se pueda amar.


mamamaca